Frente a las ayudas para autónomos y pequeñas empresas que se estaban activando en municipios madrileños desde hace semanas, en Móstoles no había soporte al que estos sectores pudiesen agarrarse para resistir el azote de la pandemia provocada por el Covid-19. Ha tenido que pasar un mes desde que saliésemos del estado de alarma, y más de cuatro desde que se declarase en nuestro país, para que el Gobierno de Móstoles anuncie la creación de un fondo de ayudas al pequeño y mediano comercio local.

Sin duda, el bote salvavidas llega tarde y, además, después de que este medio publicase un reportaje en el que se evidenciaba cómo la alcaldesa, Noelia Posse, se había olvidado de los autónomos en medio de esta crisis. Esta misma mañana, el Gobierno local nos dejaba un jugoso titular con el que anunciaba la creación de un fondo de 350.000 euros para apoyar a pequeñas y medianas empresas. En lo que a tiempo de cocinado se refiere, Móstoles jugaba con ventaja, pero, aun así, la receta le ha quedado más desaliñada que al municipio vecino de Fuenlabrada, que cuenta con una partida de 800.000 euros para ayudar a autónomos y microempresas de la ciudad.

Es más, originalmente, esta iniciativa no nace del Ejecutivo local, sino que surge del grupo municipal de Ciudadanos, que propuso la puesta en marcha de un fondo de ayuda para que los comercios locales pudiesen hacer frente a los efectos de la crisis y, por ende, consiguieran adaptarse al entorno digital.