El pasado 18 de agosto, la piscina municipal fue escenario de una fiesta privada y nocturna en la que varias personas, con el permiso de un responsable de la empresa municipal ASERPINTO, hicieron uso de las instalaciones e incluso de los vasos de baño. Un escándalo que ha salido a la luz gracias a la denuncia pública efectuada por el Partido Popular y que ha obligado al Tripartito a dar –escasas y contradictorias- explicaciones públicas.

¿Por qué afirmamos que nos encontramos ante un escándalo? Por varios motivos:

• Se ha utilizado para un fin privado un bien público o, en otras palabras, un bien propiedad de todos los vecinos de Pinto.
• Se vulneró la normativa anti COVID-19, ya que las personas que se encontraban en la piscina lo hacían sin mascarilla de protección o distancia alguna de seguridad.
• La Policía Local se vio obligada a acudir y clausurar el festejo. Es indignante que la Policía tenga que acudir a una dependencia MUNICIPAL para que deje de transgredirse la Ley. Absolutamente indignante.
• También se quebrantó la normativa autonómica higiénico sanitaria de este tipo de instalaciones, ya que el hecho de haber entrado en los vasos de baño de la piscina con copas de bebida debió obligar a los responsables de la piscina al vaciado y limpieza de los mismos. Además, los asistentes entraron en el agua y lo hicieron pese a no contar la instalación en ese momento con personal socorrista.
• Fue el Coordinador de Piscinas, máximo responsable de esta instalación, quién otorgó la autorización. Un alto cargo que, sin embargo, ha recibido una mínima amonestación.