Móstoles Desarrollo vuelve a estar en el centro del 'huracán Noelia Posse'. Después del inesperado y más que polémico cese de Blanca Tomás, la anterior gerente de la empresa pública, ahora, la recién nombrada en el cargo (se hizo efectivo el pasado 31 de enero de este año), María Dolores González Naranjo, anuncia su dimisión voluntaria. Una muesca más que añadir al tablón de la convulsa legislatura de la regidora mostoleña.
Noticia que cae como un jarro de agua fría en el municipio, y que hace que las sospechas sobre el irregular funcionamiento de Móstoles Desarrollo se asienten, cada vez, sobre cimientos más consistentes. Si bien es cierto que, según adelantaba Cadena Ser, González Naranjo se habría marchado de manera voluntaria "por problemas personales", es inevitable pensar en la casualidad que supone su adiós cuando solo llevaba un mes ostentando el cargo.
Su nombramiento, a finales de enero, levantó ampollas entre los miembros del Consejo de Administración
Un principio ya complicado
En el caso de González Naranjo, bien se podría aplicar el dicho popular de "lo que mal empieza, mal acaba". Su nombramiento levantó ampollas entre los miembros del Consejo de Administración (formado por los distintos portavoces de la Corporación municipal), quienes se quejaron de "oscurantismo" y falta de información respecto al cese de Blanca Tomás y la nueva candidata por la que iba a ser sustituida. La votación para dar la 'bienvenida' a González Naranjo se realizó en un Consejo extraordinario convocado con premura y carácter urgente.
El consistorio mostoleño se defendía, entonces, garantizando que habían facilitado el currículum de María Dolores González Naranjo hacía "15 días", y que había recibido "el visto bueno" de todos los portavoces. Las mismas fuentes municipales reconocían, en cambio, no haber indicado que la candidata mostrada era para cubrir ese puesto.
De nuevo, y por tercera vez en lo que va de 2020, la gerencia de Móstoles Desarrollo se encuentra en el limbo.