Mes de sentimientos encontrados para el Inter de Madrid en el grupo siete de la Tercera División. Tras el mal octubre que vivieron los de Pablo López, en el que solo lograron una victoria ante el Alcalá, noviembre llegaba con enfrentamientos contra dos de los cocos de la categoría.

El primero llegó en la Vereda de Ganapanes, un campo mítico del fútbol madrileño que vivió un duelo en el que no hubo goles, con nuestro conjunto gozando de buenas oportunidades en las botas del de siempre: Carlos Bravo.

El segundo asalto, sin embargo, no fue tan positivo. Visitaba Moraleja de Enmedio el líder, un gran San Sebastián de los Reyes.

El favoritismo de los visitantes quedó reflejado en el terreno de juego, con un contundente 0 a 4 que impregnó de silencio las gradas del campo de La Dehesa.

Una victoria engañosa

Tras ese varapalo, los nuestros se repusieron con victoria en Collado Villalba por 0 a 2.

La temporada de los villalbinos está siendo una auténtica pesadilla, con problemas administrativos que hacen de cada duelo una victoria segura para el equipo rival.

En el último partido, ante el filial del Rayo Vallecano, nuestro equipo se mostró serio y ordenado, mandando desde el primer minuto.

De esa forma, Adrián Pérez, nuestro pichichi particular, ponía el primer tanto del partido, que sería empatado en la segunda mitad por los vallecanos. Cinco puntos de los últimos 12 posibles, un pobre bagaje para un equipo planificado para estar en los puestos de arriba. Sin embargo, la entidad de los rivales, explica la dificultad del último mes. Aun así, los nuestros son undécimos con 19 puntos y queda mucha liga.