A pesar de que la actividad de los investigados disminuyó durante el confinamiento, una vez finalizado el estado de alarma, los agentes pudieron comprobar que compraban los estupefacientes a otros dos proveedores en Alcobendas y en el distrito de Fuencarral de Madrid. 

En sus viajes periódicos a Madrid, los dos detenidos salmantinos iban acompañados de una mujer que les ayudaba a ocultar la droga y utilizaban diferentes vehículos para eludir los controles policiales. En un principio, la operación de la Guardia Civil pretendía desarticular los puntos de distribución de la droga en Salamanca. Más tarde, sin embargo, también fueron detenidos los proveedores en Alcobendas y Madrid a través de dos registros.La operación concluyó con la detención de cuatro hombres y una mujer, acusados de un delito contra la salud pública.