Ni un día ha tardado el nuevo Gobierno de la señora Ayuso en registrar una ley para modificar la regulación de Telemadrid y cambiar al director cada cuatro años. En realidad, pongamos las cartas sobre la mesa, poner a dedo una figura afín que no incomode al ejecutivo regional. Dicho de otro modo, otra marioneta al servicio de Ayuso con el peligroso matiz de que esta marioneta controla el organismo público encargado de informar a los madrileños a cambio de parte de su dinero. Y para ello ha echado mano de la vieja guardia, la que ya acometió el ERE más vergonzoso de la historia creando una redacción paralela con amigos y socios del chiringuito popular. Vamos a pasar de TELEESPE A TELEAYUSO.
En 2015, Ciudadanos logró la aprobación en la Asamblea de Madrid de una ley para librar a Telemadrid de injerencias políticas, y desde entonces, el ente público no ha parado de crecer en transparencia y pluralidad, lo que el espectador y el oyente ha sabido reconocer traduciéndose en un incremento notable de la audiencia debido a los nuevos aires y a la renovación de la oferta de la cadena.
Esta ley, la 8/2015 de 28 de diciembre, impulsada por Cs, se aprobó en el Pleno de la Asamblea de Madrid y garantizaba la independencia informativa de la televisión autonómica porque, entre otras cosas, se articula que el Director General sea un profesional elegido por dos tercios de la Asamblea y, por otro lado, los Grupos Parlamentarios proponen 4 candidatos al Consejo de Administración y las organizaciones profesionales y sociales proponen otros 5. Un reparto justo, equitativo, despolitizado y cuyo único fin era garantizar pluralidad e independencia informativas.
Pero, como digo, ni 24 horas han tardado. El mismo día de la toma de posesión del nuevo gobierno, registró su PRIMERA Y URGENTE proposición que va dirigida a realizar cambios en esta ley para poder nombrar un equipo directivo afín a los intereses de los populares.
Como lo oyen. El órgano de dirección de Telemadrid pasará de ser elegido por la asamblea y profesionales del sector, a que el 100% de los cargos sean elegidos por Partido Popular y Vox. Libertad, sí, pero no para los ciudadanos, sino para controlar Telemadrid junto a la extrema derecha.
Ha quedado demostrado. Cuando Ciudadanos sale por la puerta de las instituciones, la transparencia y la regeneración salen por la ventana. Los cambios en los puestos de mando y en las redacciones se están sucediendo a toda velocidad, con personas que nutrieron la 'redacción paralela' en los mandatos de Esperanza Aguirre e Ignacio González.
Permítanme que vuelva a repetirlo. La primera iniciativa del nuevo Gobierno del Partido Popular SIN Ciudadanos, que además, han tramitado por lectura única para acortar todos los plazos y no admitir enmiendas de la oposición, no será para mejorar la vida de los madrileños ni para ayudarles a afrontar las consecuencias sociales y económicas de la pandemia. No. Su primera iniciativa sólo responde a intereses partidistas y a eliminar la regeneración que Ciudadanos exigió en la Asamblea de Madrid.
La dirección de Telemadrid pasará de ser elegido por la asamblea y profesionales del sector, a que el 100% de los cargos sean elegidos por Partido Popular y Vox
Esto es lo que pasa cuando das rienda suelta al bipartidismo y, en especial, cuando bailan al son de las palmas de la extrema derecha o de la extrema izquierda. En la Comunidad de Madrid, el nuevo gobierno tiene entre sus mayores preocupaciones manipular Telemadrid y revisar las leyes contra la LGTBIfobia y la Violencia Machista.
Son enemigos de la pluralidad y la transparencia. Ayuso ha pasado de pedir en 2015 que se dejara de poner en tela de juicio a Telemadrid tras las exigencias de Ciudadanos, a acordar con VOX en 2021 un cambio de la Ley para destituir a la actual dirección de la radio-televisión pública, contra la que ya se ha manifestado en varias ocasiones.
No disimulan su malestar con la línea comunicativa del ente público, llegando a declarar que ella era la única presidenta que tenía una televisión que le es crítica y que ya no era un servicio público, por lo que ha estado bloqueando hasta hace muy poco tiempo el llamado contrato-programa necesario para la estabilidad económica de la radio-televisión pública.
Es incongruente con los principios democráticos instrumentalizar políticamente los medios de difusión públicos, aunque en esto, señores del Partido Popular, se parecen mucho a los señores de Podemos, que no tienen reparo alguno en criticar a periodistas y medios de comunicación que no son amables con ellos. Pero es que además, es un dislate ético sostener que TV3 es un instrumento de propaganda al servicio del independentismo catalán y al mismo tiempo pretender convertir a la televisión de todos los madrileños en la televisión de un partido político, haciéndola recaer en vicios del pasado que ya habían sido extirpados gracias a Ciudadanos.
Ha quedado demostrado que no éramos unos socios de gobierno cómodos. No somos cómodos para el independentismo. No somos cómodos para los corruptos. No somos cómodos para los enemigos de la libertad y la diversidad. ¿Y saben qué? Estoy muy orgullosa de ello.
Por eso es necesario exigir al nuevo Gobierno de la Comunidad de Madrid derogar la reciente reforma de la ley de Telemadrid así como cualquier otra acción que atente contra la independencia, objetividad y pluralidad del ente público autonómico Radio Televisión Madrid. Los vecinos no quieren un Madrid ni una televisión en blanco y negro. Quieren una región llena de color, pluralidad, diversidad y libertad real.