Dar una vuelta por Alcalá de Henares es uno de los reclamos turísticos más demandados de nuestra ciudad. Numerosas rutas por el casco histórico de diferentes temáticas, también por los cerros y por el Río Henares. Pasear por Alcalá es simplemente enriquecedor, pero, ¿qué ocurre cuando sales de la zona de interés turística?
A todas nos gusta pasear por el centro y ver la Plaza Cervantes, la vida que hay en la Calle Mayor y los grandes monumentos que adornan nuestra ciudad, pero también nos gusta dar una vuelta por nuestro barrio, encontrarnos en la calle con nuestros vecinos de toda la vida y bajar a nuestras niñas al parque. Estas cosas tan entrañables y cotidianas se hacen un mundo cuando el paseo es en el Barrio de Reyes Católicos, pongámonos del que podría ser cualquiera de sus vecinos:
“Después de desayunar decides ir a andar. Entras en el Arboreto de Reyes Católicos y todo es suciedad, las fuentes inutilizables o inundadas. Te autoconvences de que puedes ir a otro parque y ya está. Así que antes de que te traigan a las niñas vas a comprar hacia la Galería Santa Teresa y paseando desde tu calle, Nuestra Señora del Pilar, te encuentras con una torre transformadora que lleva ahí años, al lado hay unos chavales jugando a la pelota “¡qué peligro!” te permites pensar, pero como la escena es cotidiana sigues tu camino.
Con los árboles tan altos que hay en tu piso no hay manera de que entre luz natural en casa y esta muchacha necesita sol. Así que esa misma tarde decides bajar a tu nieta a la plaza que hay cercana a tu casa, a la de Pedro de la Cotera. Recientemente han puesto ahí un área infantil nueva y la niña disfrutará muchísimo. De repente, caes en la cuenta de que el edificio de una planta que hay en la misma plaza y que lleva abandonado años se le está desprendiendo el alero y el techo está hecho de uralita. La perplejidad de tus pensamientos hace que te vayas de manera inmediata a otro lugar con tu niña. Y le dices que mejor daréis un paseo hasta la Ciudad Deportiva, con un poco de suerte todavía llegáis a ver a su hermana mayor jugar al fútbol.
Alcalá de Henares no solo es el turismo
Por el camino, se le clava a la pequeña en las sandalias cada piedra de lo que debería ser un camino compactado, te alivia pensar haber comprado esta mañana porque otras veces traer el carro de la compra para ir a los supermercados de esta zona es una tarea horrible. Tu nieta va correteando y os encontráis un poste tirado en el suelo, alertado gritas ¡no te acerques que está lleno de avispas! Por otro lado, abandonada entre los setos, está la pista de petanca, tú sabes que lo fue porque alguna vez echaste ahí alguna partida, ahora es un lugar que se queda encerrado, alejado e inhóspito, sobre todo al atardecer... Así que, cuando volváis a casa, lo mismo lo hacéis por la Avenida de Madrid, que, aunque tardaréis mucho más y no se puede ni mantener una conversación con tanto coche pasando tan rápido, es más seguro.
Las niñas ya se han marchado, deberías haber pasado un estupendo día de verano con tus nietas, pero te vas a la cama con un sabor muy agridulce. La próxima vez te las llevarás al centro, porque el barrio de sus abuelos no es para nada seguro. Tú ya te has acostumbrado y temes el día que lleves andador y con la falta de adoquines de las calles no puedas ir a comprar. Mientras tanto seguirás aguantando. No entiendes cuál es la razón por la que los políticos que gobiernan nunca se hacen el paseo que has dado tú hoy”.
Alcalá de Henares no solo es el turismo, son sus vecinos y vecinas. Desde Unidas Podemos pedimos a la corporación municipal que tome cartas en el asunto. La persona que narra esta historia es ficticia, pero los problemas son reales: los árboles, el poste con avispas, el transformador en mitad de una zona residencial, el edificio con amianto cerca de un área infantil y muchísimas cosas más que se pueden descubrir dando un simple paseo por la zona.