"...Porque tuve hambre y me disteis de comer; tuve sed y me disteis de beber; era forastero y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis...". Seguramente para los máximos gobernantes de la Comunidad de Madrid el autor de estas palabras, que contienen una enorme carga de solidaridad, hoy sería uno de esos mantenidos y subvencionados a los que cuestionan. Los Pilatos y Herodes de la actualidad consideran el dolor de los desfavorecidos algo sin importancia.
Cuando en marzo del año pasado el grupo municipal de Izquierda Independiente empezamos a recibir llamadas de muchas personas preocupadas por la incertidumbre económica que la pandemia también estaba produciendo, a mi compañera Carmen Palacios y a mí enseguida nos vino a la mente las situaciones de necesidad vividas a raíz de la crisis del 2009. Aquella crisis económica también dejó muchos damnificados, muchas necesidades que duraron años e incluso, me atrevo a decir, que nunca acabaron de irse. Junto a ella, a otros padres y madres y al profesorado viví aquella situación desde la participación en la Asociación de madres y padres del Colegio Público Antonio Buero Vallejo. En aquel momento, comenzamos un proyecto de ayuda mutua entre familias que incluso y en colaboración con otras AMPAS consiguió el reconocimiento del Banco de Alimentos. Ninguna familia sin comida, ningún niño sin libros, ningún alumno sin actividades, ese era nuestro objetivo.
Aquella experiencia nos ayudó a entender las necesidades que esta pandemia nos traía y por eso, junto a nuestros compañeros y compañeras del partido y a muchos vecinos y vecinas, en Izquierda Independiente creamos un fondo solidario de ayuda. Hemos sido testigos de la angustia de muchas familias, muchas eran madres solas que veían como de repente perdían los pocos ingresos que tenían, en bastantes casos esos ingresos provenían de la economía sumergida lo que les impedía poder acceder a la protección de un ERTE. Hemos sido testigos de la angustia por que sus hijos ya no tenían asegurado el desayuno y la comida en el comedor escolar.
Durante meses hemos colaborado con organizaciones como SVS o la Plataforma Ciudadana Alcobendas y Sanse que han realizado y siguen realizando una labor extraordinaria de solidaridad con los más necesitados. En la mayoría de las veces los alimentos se les ha acercado a sus propias casas, no por comodidad sino precisamente para que nadie les tuviese que decir "mantenidos" al tener que estar expuestos en una cola.
En la lucha contra la pobreza, cuando las administraciones no daban soluciones rápidas, las organizaciones sociales han estado ayudando. Desde aquí, mi reconocimiento y el de Izquierda Independiente. Cuando la Comunidad y el ayuntamiento abandono a su suerte a los estudiantes con menos recursos gente como la de la Plataforma Ciudadana consiguió repartir decenas de ordenadores para que esos menores no quedasen rezagados en sus estudios.
Ni en mi etapa de voluntario en el AMPA del Buero, ni ahora durante la pandemia en la que tengo otras dedicaciones, he visto gente mantenida. Yo solo he visto gente con ganas de salir adelante, gente herida por la precariedad social y laboral, gente trabajadora con ganas de avanzar en la vida que solo necesita un empujoncito y apoyo. Para eso es importante reforzar los servicios sociales municipales y aumentar la batalla contra la exclusión social. Por suerte, también me he encontrado mucha gente con ganas de ayudar, gente solidaria y fantástica, gente que sin descanso sigue intentando hacer un mundo mejor.
Se pueden tener diferencias políticas, se pueden tener distintas visiones económicas y sociales de la realidad que nos rodea, pero lo que no se puede es culpabilizar a los más indefensos ni tampoco insultar la dignidad de los más desfavorecidos de la sociedad. Hoy, como siempre, la Solidaridad sigue siendo un valor fundamental de los seres humanos.