Son muchos los que están haciendo la valoración de las elecciones del día 4 de mayo en Madrid, y es lógico que así sea porque el resultado ha sido apabullante. Díaz Ayuso –no tanto el PP- ha conseguido una victoria arrolladora y como en la misma noche electoral hicieran tanto Santiago Abascal como Rocío Monasterio, lo primero que debo hacer es felicitarla por ello.
Por mi parte, quiero hacer también algunas reflexiones sobre el resultado electoral. En primer lugar, hay que destacar que VOX se ha mantenido e incluso crecido en unas elecciones muy difíciles, lo que demuestra que nuestro mensaje de acabar con el despilfarro político, de dedicar todos los recursos públicos en este momento a lo que importa: la reactivación económica, el fomento de empleo y la ayuda a los más necesitados y llevar al mínimo el confinamiento y las restricciones, va calando cada vez más.
Esperemos que no fastidien tampoco los ocupantes del edificio dimitido de Génova 13, y no le impongan a su afiliada Ayuso pedir que la Guardia Civil se vaya de Madrid como ha hecho el PP gallego, o que le exijan pedir perdón por la actuación policial en el golpe separatista catalán, por ejemplo. Ya veremos. En todo caso, siempre queda VOX.
Otra de las consecuencias de la catarsis que ha supuesto el resultado electoral es el desmoronamiento del Gobierno Sánchez, de su partido y de los comunistas de Podemos. Estoy seguro de que más pronto que tarde les echaremos del Gobierno central en unas elecciones; que se vayan a gestionar mal su propia casa, no España, y que tiren piedras en el campo, no a los demás. Qué gente.
En lo que a Pozuelo se refiere, sepan Uds., estimados lectores, que es el momento de exigir al PP local que gobierna –que tampoco es Díaz Ayuso, no nos engañemos- el cumplimiento de todos los acuerdos suscritos con nosotros para la aprobación de los Presupuestos municipales de 2020 y 2021 y que ha estado postergando con la excusa de la pandemia: realización de los estudios preparatorios para el soterramiento de la estación y la vía del tren primero y las obras consiguientes después, con la remodelación de toda la zona de la estación; la efectiva realización del programa Pozuelo, Municipio por la Vida, para informar y asesorar a las mujeres embarazadas de lo que el aborto voluntario es en realidad y las consecuencias que tiene –de todo orden- para las que lo practican, favoreciendo que los embarazos lleguen a término aunque las madres se decidan por entregar a los niños en adopción; la revisión del Plan General de Ordenación Urbana; la puesta en marcha de la atención a las víctimas de la violencia familiar ocultadas por eso que llaman violencia de género (los hombres, los niños víctimas de mujeres, las mujeres víctimas de mujeres; los olvidados, en suma); la realización de las obras acordadas... En fin, lo pactado, porque los pactos hay que cumplirlos.
Les iré informando de todas estas cuestiones y de las próximas iniciativas que planteemos en beneficio de nuestra querida ciudad, que es nuestro hogar.