La segunda semana del mes de junio, Pinto volvió a revivir los insufribles olores que inundan toda la ciudad desde hace años. Por suerte, los olores, esta vez, no se prolongaron en el tiempo durante un periodo muy largo a diferencia de otros años. La ciudadanía ya espera estos episodios de forma periódica y preocupa entre los vecinos la repercusión que pueda tener para su salud, el medio ambiente y el bienestar general. 

Los olores de junio de 2019 provienen de una finca que en parte está situada en terrenos de zonificación B de la Reserva Natural del Parque Regional del Sureste, donde el uso de lodos de aguas residuales que provoca los olores no está permitida por ser zona B.

Esta información, fue conocida por los vecinos y los grupos municipales gracias a la labor de Ecologistas en Acción de Pinto, que encontraron el origen de los malos olores y denunciaron la situación. Sin embargo, la concejalía de medio ambiente en vez de atender la denuncia y las propuestas de los activistas, decidió no tomar medidas contra esta situación que preocupa a todos los vecinos de Pinto y que en su programa electoral prometieron solventar. En el mensaje supuestamente tranquilizador que lanzaron a los vecinos, expusieron esta situación como inocua e inevitable.