Nueve meses. Ese es el tiempo que el suburbano lleva incumpliendo de manera consecutiva con el compromiso de puntualidad; el resultado, la pasividad del Consorcio de Transportes y el enfado de los usuarios. Esperas que rozan los diez minutos; altas temperaturas; saturación e indignación e ira como 'el pan de cada día' de trabajadores y viajeros. A la tradicional reducción de convoyes por el horario de verano se suma la falta de trenes durante la hora punta en los días laborables, según recogía El País. Algunos días han dejado de pasar hasta el 35% de los trenes programados; este hecho se suma a que la compañía lleva tres trimestres consecutivos incumpliendo su compromiso de puntualidad.
Oferta y demanda
El Sindicato de Maquinistas (SCMM) ha denunciado este mes que en los trenes se producen momentos de “agobio, estrés, saturación y hacinamiento”, publicaba el diario. Desde Metro defienden que “en julio hay un 20% menos de viajeros que en un mes laborable; en agosto, un 40%”. Por ello, se escudan, “adecuamos la oferta y la demanda”. Esa adecuación en forma de frecuencias de paso de los trenes viene aprobada por el Consorcio Regional de Transportes de Madrid (CRTM), organismo que coordina la Movilidad en la ciudad (Metro, EMT, Cercanías y autobuses interurbanos).
La compañía lleva años observando un aumento de la demanda, y en lugar de aumentar el número de trenes, los reducen
Problemas estructurales
Tanto el Sindicato de Maquinistas (SCMM), que ha denunciado en varias ocasiones la falta de trenes y de efectivos en plantilla, como Comisiones Obreras (CCOO) coinciden en catalogar el problema como “estructural”. “La compañía lleva años observando un aumento de la demanda —del número de viajeros— y en lugar de aumentar el número de trenes —y por lo tanto mejorar las frecuencias de paso de los mismos—, los reducen”, defiende la formación sindical.
A este problema se une la falta de maquinistas: “faltan entre 200 y 300 maquinistas” y, además, “no se cumple con la tasa de reemplazo”. Parece que los sofocos continuarán en Metro hasta que el tiempo dé una tregua o la Consejería trabaje en las deficiencias que sufren los madrileños.