También existirán señalizaciones de entrada, salida, distancia de seguridad e itinerarios públicos, así como cartelería informativa de carácter general.

Siguiendo con el protocolo de seguridad, los puestos han de guardar una distancia mínima de dos metros de manera lateral y seis si estos están enfrentados, tienen que estar higienizados y no deben manipular directamente los alimentos.

“Estas medidas aplican por un lado, la firme apuesta por el comercio de venta ambulante que es parte medular de la actividad económica de la ciudad y por otro lado, la voluntad de que su reapertura se haga con las máximas garantías de seguridad y salud para los madrileños”, asegura Silvia Saavedra.