MADRID | La derechita jodida

"Los programas económicos de PP y de Vox, junto con ápices de la formación naranja, harían de España el país más atractivo a la inversión de Occidente"

"Los programas económicos de PP y de Vox, junto con ápices de la formación naranja, harían de España el país más atractivo a la inversión de Occidente"

Alberto Pérez Boix, ex concejal del Partido Popular de Fuenlabrada, opina sobre el descalabro del partido y el ascenso de Vox

El pasado 28A el PSOE de Pedro Sanchez, con el respaldo de un 28% de los electores, obtuvo una mayoría suficiente como para seguir metiendo la mano en nuestros bolsillos. Debemos reflexionar.

 

En esta ocasión, donde menos se confió en las predicciones de los distintos sondeos, fue donde más cerca se estuvo del resultado final, ganó Tezanos.
 
 
En España, desde 1989, hegemónicamente ha existido una derecha, la derecha del Partido Popular, una derecha que proviene de Alianza Popular tras la fusión con otros partidos de corte “liberal – conservador” unificando así el voto de “la derecha”. 
 
 
Ese fue uno de los principales aciertos de los dirigentes que, por aquel entonces tenía el partido, porque fueron capaces de conseguir unos años después, una mayoría que les permitiera, por primera vez en la España democrática, desarrollar un gobierno a la derecha.
 
 
Ese Partido Popular llevó a España a unas cifras que conviene recordar: el gobierno de José María Aznar redujo el peso del estado sobre el PIB del 44,2% al 38,6%, redujo la tasa de desempleo del 22,8% al 11,5%, la seguridad social pasó de 12,6 a 17,6 Millones de cotizantes, la deuda pública se vio reducida del 64% al 51%.
 
 
Aznar redujo impuestos a las empresas, redujo el IRPF, privatizó empresas públicas, colaboró en gran medida a que España se situara en el número 29 del mundo en el índice de libertad económica (actualmente somos el 57).
 
 
En 2011 Mariano Rajoy llegó al congreso con 186 diputados, una mayoría aplastante. La derecha de Rajoy también obtuvo buenas cifras en la economía española: la tasa de desempleo llegó a situarse al 25,77% quedando reducida al 15,2%, el déficit público se redujo del 9,3% al 3,07%, el peso del gasto publico respecto al PIB llegó en 2012 al 48% y cerró 2017 al 40,6%, las exportaciones pasaron del 23% al 34% del PIB desde 2009. 
 
 
Incluso Mariano Rajoy, fue el único presidente del gobierno en democracia, que redujo el número de empleados públicos en la administración.
Pero a Rajoy le acechaba una filosofía que no supo rechazar, el “marxismo cultural”, aquella filosofía que abraza la ideología de género discriminando al hombre por el hecho de serlo, la ley de memoria histórica, aunque cabe recordar que Rajoy eliminó el presupuesto para su ejecución, no fue capaz de derogarla, el aborto, incumpliendo su programa electoral, y la doctrina parot, hicieron que el votante “de derechas” de toda la vida, desconfiara del Partido Popular. 
 
 
Sin olvidar la losa de la corrupción que el gobierno de Rajoy tuvo que sostener, respecto a los casos que salieron en el partido, incluso de antes de que el propio Rajoy fuera presidente.
 
 
Entonces nació Vox como alternativa. De la mano de Santiago Abascal, por cierto, este nacimiento coincide con la fecha en la que Santiago se quedó sin trabajo. 
 
 
Vox abrazó a los ultra-conservadores europeos. De aquel 2014 no todos siguen, dado que no gustó entre las pocas bases que contaban, que el líder de la formación se abrazara a Le Pen y compañía.
 


Los programas económicos de PP y de Vox, junto con ápices de la formación naranja, harían de España el país más atractivo a la inversión de Occidente

Pero Vox, tras el 1-O ha crecido como la espuma hablando sin tapujos, expresando lo que para ellos es una necesidad en el espectro de la derecha española. Vox se atreve a decir lo que ningún partido dice, pero sí muchos españoles piensan. 

 

Y esto ha ocasionado, junto al baile del PP con el marxismo cultural y algo de tibieza en la aplicación del 155, que el voto de la derecha se fraccione. 

 
Para los más centristas del PP, la alternativa es Ciudadanos, ese partido que los lunes, miércoles y viernes asoma la cabeza por la ventana de la derecha y los martes, jueves y sábados, la asoma por la ventana de la izquierda. 
 
Para los decepcionados más conservadores (una mayoría), la alternativa ha sido Vox.
 
En resumidas cuentas, entre los dos partidos de derechas + Ciudadanos, que en ocasiones lo es, han obtenido un 42% de votos y la suma de las izquierdas (socialistas y comunistas) un 40%, pero no ha sido suficiente.
 
 
El resultado es 4 años más de falcon, con todo lo que ello conlleva. Como primer apunte, Pedro Sanchez ya ha anunciado una subida de impuestos de 1.000 Euros al año por cada contribuyente. 
 
 
Por lo tanto, a mi parecer, la derecha debería unir fuerzas en torno a un solo partido que represente las ideas “liberal – conservadoras” como ocurrió en 1989 en la refundación del Partido Popular. Para ello, los presidentes de ambos partidos deberían bajarse del caballo de los egos y ceder e unificar criterios. 
 
 
Vox podría ceder en la cuestión autonómica, sin eliminar CCAA para continuar con la competencia fiscal existente, pero centralizando algunas competencias que hasta ahora tan solo han ayudado a potenciar las ideas independentistas, o eliminar el proteccionismo a lo Trump que vox también defiende y el PP podría ceder respecto a la cuestión de la identidad de género y la memoria historia, por ejemplo.
 
 
Lo que está muy claro, es que los programas económicos de PP y Vox junto con ápices de la formación naranja, harían de España el país más atractivo a la inversión de occidente, y eso se llama empleo, crecimiento y riqueza.
 
 
Los votantes del espectro “Liberal – Conservador” debemos hacer esa reflexión y olvidarnos de odios, rencores y demás conflictos que harán, entre otras, coartar las libertades de los españoles.
 
Comentarios
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Ninja SoyDe
28/05 15:10 horas
El PP refundado en 1989 -sin despojarse de la herencia física e ideológica del fascismo franquista- parece que no consiguió reducir la desigualdad socioeconómica, al igual que tampoco lo ha hecho el PSOE, tanto en tiempos de "crecimiento y burbuja" como en años de "crisis". Se puede leer en los numerosos Informes FOESSA (Cáritas) elaborados cada año. La subida del PIB no indica bienestar generalizado y el enriquecimiento de los más ricos no revierte sobre el conjunto de la sociedad, ni mucho menos; eso es de primero de Economía. El "marxismo cultural", también conocido como las políticas del reconocimiento y de la redistribución -apoyadas, entre otras, en investigadoras como Nancy Fraser- no parecen haberse gestionado adecuadamente desde las instituciones de gobierno, fuese quien fuese quien las ocupara; lo que no quiere decir que no puedan ser útiles y justas si se llevan a cabo de otra manera, y ahí la izquierda debería hacer autocrítica (el reconocimiento sin redistribución, se queda corto). Y si para hacer de España un país "atractivo" para la inversión financiera internacional hay que adoptar discursos y prácticas retrógrados, adelante, proceded a otra nueva refundación, volved a los orígenes pro-franquistas. Eso sí, en nombre de la Libertad.

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