Aprovechamos la oportunidad que nos ofrece Soy De, para poner negro sobre blanco el discurso que desde ULEG pronunciamos con ocasión del homenaje a la Constitución, donde se tocó, cómo no, mucha de la problemática que hay en Leganés. Allá va: Mi saludo y mi deseo de unas felices fiestas a todos en este 43 aniversario de la Constitución que homenajeamos, entregando una más que merecida medalla de oro de la ciudad al hospital universitario José Germain y una placa distintiva a la Agrupación Municipal de Voluntarios de Protección Civil por su trabajo y dedicación desinteresada a la ciudadanía de Leganés, muy especialmente durante la pandemia de la Covid-19. Quiero mostrar mi alegría por vernos, por tocarnos, por estar aquí, con mascarillas y demás medidas, pero juntos y en vivo.
Por encima de cualquier opción ideológica, política, social, nos une algo que a veces olvidamos pero situaciones como las sufridas nos lo recuerdan: la vida en común. Nada hay más importante que la vida y por eso el derecho a la misma es el primero de los derechos fundamentales recogidos en nuestra Constitución en su artículo 15. De ahí también mi recuerdo más sentido para los que ya no están con nosotros, lamentablemente muchos en nuestra ciudad. Y un recuerdo especial para Juan Carlos Ordóñez, una excepcional persona que nos dejó este año, tan vinculado a nuestra ciudad, a nuestra escuela de música y al creador del himno de Leganés.
Por otro lado, justo es reconocer que ha sido todo un acierto del alcalde su propuesta de medalla para el Hospital Universitario José Germain, una institución histórica tan enraizada en nuestra ciudad, objeto de pasajes literarios del gran Galdós y que tanto ha hecho por atender otro de los derechos reconocidos en nuestra carta magna, en su artículo 43, el derecho a la protección de la salud, en especial la mental, que siempre ha sufrido una injusta estigmatización que esperemos quede enterrada para siempre.
Por encima de cualquier opción ideológica, política, social, nos une algo que a veces olvidamos pero situaciones como las sufridas nos lo recuerdan: la vida en común
Pero junto al acierto del alcalde se suma un gravísimo error, como es el que por primera vez en mucho tiempo hoy no podamos disfrutar de los chicos y chicas de la Escuela Municipal de Música Conservatorio Manuel Rodríguez Sales que nos amenizaban con varias piezas musicales. Su delito fue ejercer la libertad de expresión, artículo 20 de la Constitución, y quejarse por no estar prestándose debidamente por el ayuntamiento el derecho a la educación, artículo 27, una educación que no se está atendiendo tampoco en las casas de niños o en las escuelas infantiles que gestiona directamente el Consistorio cuando faltan profesores o los recursos humanos y materiales necesarios. Porque no olvidemos, vecinos y autoridades, el artículo 10 de nuestra Ley de Leyes: La dignidad de la persona, los derechos inviolables que le son inherentes, el libre desarrollo de la personalidad, el respeto a la ley y a los derechos de los demás son fundamento del orden político y de la paz social.
Una dignidad humana que sin duda comparten los más desfavorecidos como las personas sin hogar, que no tienen un albergue en Leganés donde pernoctar y ante la falta de respuestas de las instituciones reciben el aliento de personas como Matías el taxista, quien hoy también debería haber sido galardonado.
Por último, remarcar algo tan obvio como necesario: la mejor manera de dar homenaje a la constitución es cumpliéndola. Ojalá en Leganés se la homenajee mejor los restantes 364 días por parte del propio ayuntamiento. Igual que la mejor manera de ser patriota no es darse golpes de pecho sino contribuir al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica. Artículo 31. Con ese espíritu crítico, pero constructivo y verdaderamente progresista os animo a que juntos alcemos la voz y digamos: ¡Viva Leganés, viva nuestra Constitución, Viva España!