El PP ha explicado en una nota de prensa que la Empresa Municipal del Suelo de Leganés (EMSULE) acumula unas pérdidas cercanas a los dos millones de euros, generada en los dos últimos ejercicios económicos, a causa de la deficiente gestión desarrollada por el alcalde socialista Santiago Llorente. Los ‘números rojos’ suponen un serio riesgo para la viabilidad de la sociedad al abrirse la posibilidad de que entre en causa de disolución por las pérdidas que se recogen en sus balances de resultados.
El agujero de EMSULE ha crecido después de que la Junta General de la empresa haya aprobado, con el voto favorable del PSOE y de Ciudadanos y el rechazo del Partido Popular, las cuentas de 2020, que se han cerrado con un déficit de 1.409.448,92 euros.
«La opacidad, la ausencia de proyectos viables, los derroches en propaganda y los dudosos planes urbanísticos del alcalde ´sanchista’ Santiago Llorente, llevan a EMSULE al borde del abismo, con unas pérdidas que se han triplicado a causa de las políticas socialistas», ha denunciado el portavoz del Partido Popular, Miguel Ángel Recuenco.
Los resultados económicos de 2020 se suman al balance del año anterior, que igualmente arrojó un saldo negativo de 473.952,50 euros, lo que significa que la deuda de la sociedad asciende a 1.883.391,42 euros.
El año anterior arrojó un saldo negativo de 473.952,50 euros
La Intervención municipal ya advirtió en 2020 que la sociedad estaba incumpliendo la Ley Orgánica 2/2012 de 27 de abril, de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera; que indica que EMSULE no se ajustaba entonces a legalidad vigente. Un año un medio después la situación ha empeorado dramáticamente.
Las citadas cifras contrastan con la gestión desarrolla por el Gobierno municipal del PP, que entre 2011 y 2015 saneó la empresa a través de una gestión austera, eficaz y eficiente, generando unos beneficios de 28 millones de euros dilapidados por el alcalde ´sanchista’ Llorente en tiempo récord.
La sesión de la Junta General del EMSULE se ha celebrado de forma telemática, al igual que las sesiones plenarias del Ayuntamiento, que de forma injustificada se desarrollan sin la presencia física de todos los concejales bajo la excusa de la pandemia, empleada por el alcalde para hurtar a los ediles su derecho a fiscalizar la labor del Gobierno municipal.
«Llorente prefiere esconderse detrás de una pantalla para no aguantar el chaparrón de críticas a su gestión, pero lo único que consigue es prolongar la agonía de su equipo de Gobierno, que se encuentra completamente desbordado», ha agregado Recuenco.