La tensión se puede cortar con cuchillo en Getafe. Se contaban por decenas hasta casi el centenar los agentes de la Policía local que irrumpían en el salón de Plenos de Getafe poniendo de relieve su descontento con el ayuntamiento que capitanea la socialista Sara Hernández. El ayuntamiento ha recortado los derechos de los agentes y ha adquirido una deuda con la plantilla por el impago de horas extraordinarias. “Ni somos doce, ni somos mafiosos, somos trabajadores”, reivindicaban los agentes vestidos de negro con silbato en la boca y pancarta en mano. Según critican los Policías que acudieron a movilizarse, Hernández, al ver los bocinazos en contra de su persona, decidió “desalojar a los que estaban de pie”.
En este contexto marcado por el hartazgo y la crispación, el portavoz y presidente del Partido Popular en Getafe, Carlos González Pereira manifestó la necesidad de resolver esta situación ya que “existe un conflicto abierto desde hace meses y que ya está rozando límites inadmisibles". “Desde el Partido Popular hemos apoyado, apoyamos y apoyaremos las justas reivindicaciones de nuestra policía local, de la que nos sentimos orgullosos, y la cual está harta de tanto desprecio y atropello por parte de los socialistas”.
Reconsideren la situación, abandonen actitudes propias de regímenes absolutistas, escuchen a los representantes legales de la plantilla y alcancen un acuerdo
CSIF reclama
La formación sindical CSIF ponía de manifiesto que, Hernández “ha decidido aumentar el conflicto existente en la plantilla de Policía Local de Getafe, que, hastiada del continuo recorte de sus derechos; de interpretaciones arbitrarias de la Jefatura; y de la discriminación que han creado al reclasificar a la plantilla sin ninguna consideración con el personal que carece de la nueva titulación exigida (observando la falta de avances en las distintas mesas de negociación), acordó mediante asamblea visualizar su descontento movilizándose y dejando de realizar los servicios voluntarios cubiertos mediante horas extraordinarias”.
En este sentido, no dejaban pasar la oportunidad de recordar a sus responsables políticos que "reconsideren la situación, abandonen actitudes propias de regímenes absolutistas, escuchen a los representantes legales de la plantilla y alcancen un acuerdo que ponga fin al conflicto”.