Llegaba el domingo, soleado y con las gradas con buen ambiente, con ganas de ver buen fútbol, y apoyando al equipo desde el principio y hasta el final.

El equipo pucelano se mostraba al comienzo del encuentro seguro con el balón en los pies y con ganas de imponer el ritmo ante un Fuenla que esperaba como un León agazapado hasta asestar sus golpes. Así el Fuenla comenzó a mover balón Cristóbal ponía en funcionamiento el tiralíneas y Hugo Fraile sacaba la escuadra y el cartabón, mientras Jeisson luchaba todos los balones arriba con la intención de cazar alguna jugada que les pusiera por delante.

Así llegó la jugada del primer zarpazo local, Randy recuperó un balón que rápidamente profundizó a Jeisson que encontró a Cristóbal que entraba por el centro del área y que ante la salida del portero visitante levantó sútilmente el balón para poner el 1-0 en lo alto del marcador. El equipo obvia el balón y la defensa, cual muralla china, repelía todos los ataques del filial pucelano. El gol sirvió para calmar ánimos y para dedicar el mismo a una persona importante en el equipo y que esta semana lo había pasado muy mal, tras una perdida muy cercana. Esto no es un equipo sin más, es una familia y eso se nota dentro y fuera de la cancha.

Mere avisaba durante la semana que este era un duro rival y que nada tenía que ver la clasificación, lo importante era aprovechar nuestras oportunidades y mantener al equipo rival encerrado en su área. Así se llegaba al final de la primera parte, tiempo de descanso y recuperar esfuerzos.