La agresión se produjo el pasado 13 de septiembre de 2019, cuando Marcelo Cornellá, presidente de la Asociación Cultural de Mayores de Fuenlabrada (Acumafu), se dirigía a su casa familiar y vio a un chico y una chica dañando unas vallas de unas obras de canalización que se estaba realizando en la calle Francisco Javier Sauquillo.
Al presenciar esta acción, Cornellá les reprochó a los menores estos daños y terminó siendo golpeado; cuando se giró para "llamar a la policía por el teléfono", recibió "un fuerte golpe" en la espalda que hizo que cayera al suelo, finalmente terminó con moratones, contusiones y magulladuras tanto en la espalda como en la cabeza, teniendo que ser atendido en el Hospital Universitario de Fuenlabrada. El autor de los golpes salio huyendo.
Archivan la denuncia al haber prescrito el delito
La Fiscalía de Menores de Madrid ha acordado el archivo de las diligencias abiertas por la agresión que sufrió Marcelo Cornellá. En un escrito a fecha del 9 de junio, el fiscal comunica a Cornellá el archivo de la denuncia, por un delito leve de lesiones, al haber "prescrito" el delito tras "haber transcurrido más de tres meses de su comisión".
Nos preguntamos qué justicia tenemos, que es capaz de girar la cara para otro lado y dejar que las víctimas no tengan derecho a que se castigue al agresor
El presidente de Acumafu, al saber que la causa se ha archivado, ha criticado "la total impunidad" que les concede a los jóvenes y afirma que es muy posible" que muchos delitos de este tipo cometidos por menores antes del COVID-19 hayan sido archivados por la prescripción de los delitos. Cornellá seguirá reclamando por la vía civil para resarcir "los daños y perjuicios sufridos como consecuencia de los hechos", y ha insistido en que "no duelen solo los golpes recibidos físicamente", sino "también los golpes de la injusticia".