A estas alturas de la pandemia, es evidente que todos hemos tenido que adaptarnos a la nueva situación. El año pasado empezamos a hacer todo un poco sin pensar, con terapias de choque que solucionasen la situación sobrevenida y que no conocíamos muy bien. Ahora, con más de un año de convivir con la COVID, es la hora de trabajar desde la experiencia.
Quien crea que, con 18 meses de conocimiento de un virus sabemos todo sobre él, está muy equivocado, pero desde luego, sabemos más que el año pasado. Ahora tenemos, al menos, la experiencia de nuestros propios errores.
Hay algunas cosas que ya empezamos a hacer el año pasado y que, adaptándolas, han ido funcionando, como la enseñanza. Pero también hay otras cosas que se convierten en una novedad (al menos en la nueva situación), como la celebración de las Fiestas Patronales.
Afrontamos una nueva vuelta al cole con la experiencia de la anterior, con algunos errores aprendidos y muchas tareas pendientes, pero también con medidas, protocolos y costumbres adquiridas que facilitarán que mantengamos la enfermedad a raya.
Esperemos que la Salud y la Economía primen, al menos, por encima de los populismos
En el caso de las fiestas, cada municipio ha sido diferente, tanto el año pasado como este. Ya en 2020 muchas ciudades madrileñas adaptaron sus festejos a algo más "cultural", con mucho control de aforos, al aire libre y con poco movimiento. No pareció que la cosa afectase mucho a la Incidencia Acumulada, así que, esos mismos Ayuntamientos han decidido este año tener un poco más de cintura a la hora de las celebraciones festivas. A estos municipios se han sumado otros que el año pasado decidieron dejar a los vecinos en casa y que han adaptado sus programas de una manera algo más laxa a la que afrontaron sus vecinos en 2020.
A la hora de tomar estas decisiones ha jugado la Salud y también la Economía. Lo único que esperamos es que ambas primen por encima de los populismos... ¡Suerte que aún no estamos en campaña para las municipales!