Las películas de ciencia ficción han anticipado nuestro fin inducido por la aparición de la inteligencia artificial y las nuevas tecnologías. Puede resultar curioso observar el desenlace de la especie humana desde la butaca del cine, pero quizás inquieta pensar que esa idea realmente se haya encaminado hacia nuestro presente. Por lo menos de momento, para la empresa israelí Hour One, comprar tu imagen resulta mucho más barato y cómodo que contratar artistas profesionales para sus videos promocionales, un formato en el que aún no conocíamos la suplantación de identidad, al menos a nivel ciudadano.
Pero, ¿cuál es el precio? Las personas dispuestas a ceder su rostro a cambio de una comisión deberán enunciar en esas grabaciones las palabras que la compañía decida. ¿Demasiado forzoso? Bueno, ellos no hablarán, lo harán sus clones digitales.
Hour One utiliza inteligencia artificial basándose en un portfolio de imágenes de anónimos que les proporcionan su rostro a cambio de dinero. Empleando una imagen real, máquinas de deep learing son capaces de generar vídeos falsos en los que es posible generar contenidos totalmente surrealistas. Una innovación que se había centrado hasta entonces en famosos personajes de cualquier ámbito. Sin embargo, esta empresa pretende darle uso con la intención de producir vídeos corporativos sin necesidad de actores.
Para poner en marcha esta iniciativa, ha habilitado un casting en su web al que "puede presentarse cualquiera" y en el que basta con enviar una foto. Hour One hace el resto utilizando expresiones faciales ya grabadas y registradas. ¿Te lo estás pensando? Quizás este dato te ayude a tomar la decisión: el beneficio para los seleccionados se mide en dólares, no en céntimos, y en ciertos casos supone un dinero extra al cabo del mes.
Máquinas de deep learning son capaces de generar vídeos falsos
Este intercambio de moralidad discutible es debatido en el ecosistema tecnológico en cuanto a los límites de la transmisión de derechos, mientras que los expertos alertan en este caso de un perjuicio contra los intérpretes que trabajan en el sector de la publicidad. Respecto a esta parte, varios sindicatos de actores han denunciado la iniciativa, ya que este tipo de labores que ahora están siendo encargadas a la inteligencia artificial, suelen considerarse una gran oportunidad para los profesionales de la actuación: "Esto parece un caso bastante extremo de tecnología que reduce el papel del ser humano en un proceso de trabajo concreto", dice Jessie Hammerling, del Centro de Investigación y Educación Laboral de la Universidad de California en Berkeley.