Hace poco ví una entrevista/reportaje en tv a un deportista de élite, que había tocado el cielo y el infierno a partes iguales, todo probablemente porque nadie le había ayudado a cultivar y amueblar su cabeza de la misma forma que si lo habían hecho con su cuerpo. Era el mejor deportista en su estilo, iba a marcar una época y así lo hizo. Pero igual que subió bajo con la misma fuerza, con la misma potencia que hacía sus piruetas.
Es básico que desde las escuelas deportivas de todas las disciplinas, se dedique el mismo tiempo a preparar el físico y lo mental. La mentalidad no sólo para salir fuerte a la pista o al campo si no para asumir el resultado de ese partido/encuentro, para asumir que eres el mejor en tu deporte, pero sigues siendo humano, con las mismas carencias y limitaciones, sigue siendo de carne y hueso, el dinero o la fama aún no ha cambiado eso, al menos hasta que el Metaverso estalle definitivamente y la nueva élite deportiva sea solo de manera virtual y no real.
Por favor, invirtamos en hacer a los niños y niñas más humanos, más seguros de sí mismos y sobre todo que sean felices con lo que hacen lleguen hasta donde lleguen, no siempre ser el mejor es la cima, y sobre todo si la base de esa montaña no es firme y segura.
Muchas agencias de representación intentan ayudar a los deportistas en estos temas, cuidar su mente, su futuro para que no acaben en un cajón metidos, olvidados, ahogándose en sus fracasos como persona, debido a sus éxitos como deportista.
Pero creo que es algo que se debería inculcar desde la base, desde pequeños, desde el momento que un deportista se pone las zapatillas, se pone su kimono o arranca su moto por primera vez. Debemos hacerles pensar, recapacitar que la vida no es sólo ese deporte que se puede ser el mejor sin necesidad de caer, que puedes seguir tocando el cielo, pero que para ello tienes que estar preparado.
Podría hacer una lista infinita de deportistas que han comprado una vivienda en el infierno y que su hipoteca durará hasta los últimos días, incluso muchos de ellos se fueron sin terminar de pagarla, por que su fama los hundió, los masticó y se los tragó.
Por favor, invirtamos en hacer a los niños y niñas más humanos, más seguros de sí mismos y sobre todo que sean felices con lo que hacen lleguen hasta donde lleguen, no siempre ser el mejor es la cima, y sobre todo si la base de esa montaña no es firme y segura.