En un principio se intenta hacer más flexible y cómodo con la aparición del corsé y se generaliza su uso en más estratos sociales. Sin embargo, poder respirar y evitar daños en las costillas pasó a ser una prioridad en el siglo XX. No es hasta los años 30 que se le da mayor sensualidad a los sujetadores y se utilizan las medias de nylon como elemento erótico. Es en ese momento en el que en la intimidad estos complementos se utilizan como un aliado para las relaciones sexuales. Pasando a ser algo que no se muestra de manera explícita, sino que se reserva para encuentros personales.

Hacen falta algunas décadas para que los diseñadores empiecen a darle más importancia a la apariencia de las prendas y sean los que las llevan quienes seleccionen y decidan qué les gusta más, sin quedar supeditado a lo que se quiera generar en los demás con ellas y quitándole ese concepto de vergüenza y de esconderlas a los demás. Afortunadamente hoy en día hasta los ángeles de Victoria´s Secret han aprendido que la lencería es algo para todo el mundo y ya no es un elemento que otros incorporan para verte mejor, sino que eres tú mismo y tú misma quien decide con qué se ve bien y a quién quiere enseñarle (o más bien ocultarle para provocarle) sus conjuntos.

El uso de lencería sensual y disfraces está a la orden del día y es un buen recurso para aportar novedad a las relaciones sexuales. No está mal conocer los calzoncillos y sujetadores de cada uno de memoria, pero sorprender a tu pareja mientras está haciendo alguna tarea con un disfraz sugerente o terminar una cita descubriendo un conjunto que desconocías puede ser más interesante. A día de hoy hablar de corsés o tangas se queda corto con la enorme variedad de alternativas a disposición del público: ligueros, teddies, bodystockings… Los catálogos de comercios como https://www.easytoys.es/  son muy amplios. Probablemente si comienzas a investigar descubras infinidad de prendas que ni te habías planteado y si te sorprende a ti, imagínate a tu pareja.