Año nuevo, vida nueva. Ese podría ser el principio por el que se rige Pablo Casado. El líder del Partido Popular quiere desprenderse de todo lo que rezume a pasado y sea sospechoso de corrupto. En esa descripción encaja la sede del partido ubicada en la calle Génova 13.
Casado ha anunciado que el partido abandonará la que ha sido su casa y cuya reforma está siendo ahora mismo juzgada en los tribunales por haber sido, supuestamente, financiada con dinero negro. La Audiencia Nacional está juzgando si el Partido Popular pagó 1,5 millones en negro los trabajos de remodelación del edificio entre los años 2006 y 2010.
La decisión llega tras la debacle del PP en las elecciones catalanas en las que tan solo ha obtenido tres representantes. Unos resultados que ha calificado como “malos”. Algunos barones han puesto en entredicho el liderazgo de Casado y han obligado al líder de los populares a mover ficha.
Desde hoy, esta dirección nacional no va a volver a dar explicaciones sobre ninguna cuestión pasada que corresponda a una acción personal que no haya sido en beneficio del partido o incluso haya podido perjudicarle
La corrupción, principal responsable
Casado no ha escondido que sitúa la causa del batacazo electoral en Cataluña en los casos de corrupción que ha asediado al partido entre la Gürtel, la Púnica o Kitchen. El objetivo es “soltar lastre” del pasado polémico que arrastra el partido. Casado ha anunciado que creará un nuevo departamento de compliance “que establecerá mecanismos de transparencia, rendición de cuentas y un canal anónimo de denuncias con absolutas garantías, a semejanza de lo que sucede en las grandes empresas”.
Pero, parece que su compromiso con la transparencia se va a circunscribir a actos actuales. “Desde hoy, esta dirección nacional no va a volver a dar explicaciones sobre ninguna cuestión pasada que corresponda a una acción personal que no haya sido en beneficio del partido o incluso haya podido perjudicarle”.