Una de las claves para poder ser competitivo en Segunda división B es, sin duda, ser fuerte en casa. Es uno de los mantras que, cada quince días, se repiten los jugadores del Internacional de Madrid-Boadilla. Un mantra que, además, les ha ayudado a estar situados en la quinta posición de la categoría del bronce del fútbol nacional.
Noviembre está encarando su recta final y el Inter sigue sin conocer la derrota en el Ángel Nieto, una gran racha que le ha permitido luchar por meterse entre los cuatro primeros, las plazas que dan acceso a los playoffs de ascenso a Segunda división. El terreno de juego boadillense se ha convertido en un fortín para los nuestros.
Así lo volvieron a demostrar en la jornada 13 frente al filial de Las Palmas. Los canarios llegaban a Boadilla del Monte con la intención de sumar, pero se llevaron un serio correctivo de nuestra ciudad. Sobre todo, porque el Inter fue un huracán desde los primeros minutos de juego.
Rufino se convertía, de esta manera, en el máximo goleador de la historia del club, demostrando que el instinto goleador nada tiene que ver con la categoría, sino con el talento
Su verticalidad se plasmó en el marcador, que, al final de los 90 minutos, reflejaba la superioridad de los nuestros con un contundente 6 a 0. Un resultado más propio del tenis que abrió Rufino en el minuto 20. Rufino se convertía, de esta manera, en el máximo goleador de la historia del club, demostrando que el instinto goleador nada tiene que ver con la categoría, sino con el talento.
Chevi se encargaría de aumentar la distancia cuatro minutos más tarde, llevando la tranquilidad al estadio boadillense. Y en la fiesta no podía faltar el de siempre. Rubén Ramos cerró una gran primera parte con un nuevo tanto para su casillero personal, que suma 6 goles esta temporada.
En la segunda mitad, otra vez Rufino, Diego Simón y Mancebo, completarían la goleada llevando el calor necesario a las gradas, que disfrutaron de una nueva victoria de su equipo. El Inter sigue sumando en casa, lo que le ha colocado quinto, a tan solo dos puntos del cuarto. Sigamos soñando.