El 3 de abril de 1979, tras el refrendo mayoritario del pueblo español a la Constitución de 1978, se celebraron las primeras elecciones municipales que constituyeron un paso adelante en la consolidación de la democracia, la libertad y los derechos de los ciudadanos.
Han pasado varias décadas desde que se celebraron las primeras elecciones municipales en Alcorcón y los vecinos hemos visto como, legislatura tras legislatura, gobierno tras gobierno, todo sigue igual o empeora. No hay más que ver Alcorcón. Da igual que Alcalde pongas… Cascallana, Pérez, De Andrés… todo es lo mismo. Todo es continuismo. No hace falta marcar los indicadores del monumental fiasco que ha supuesto esta alternancia política para la que no había alternativa y muchos vecinos acudían a votar con la nariz tapada. Pero eso ya se terminó.
El modelo bipartidista, aderezado en esta legislatura que en la que nos encontramos con el comunismo más recalcitrante, tuvo una traslación general recordando dinámicas del siglo XIX. En los grandes temas, las diferencias entre los partidos del consenso progre han sido nimias. Cada vez es más complicado encontrar un matiz entre las actuales formaciones políticas. La alternancia entre gestores, el inmovilismo en lo fáctico.
La alternancia nos ha demostrado que con PP, PSOE, IU o Podemos, el sistema se puede reproducir hasta el infinito y que los que realmente mandan son siempre los mismos independientemente de las siglas a las que pertenezcan. Son el mismo perro con distinto collar.
Pero el cambio electoral no es un fin en sí mismo. Con buen uso, puede y deber ser una etapa. Necesaria en estos tiempos, por otro lado. El fin es la alternativa. Alternativa a todo un sistema que tiene su fortaleza, precisamente, en la alternancia, en la falsa ilusión democrática, en ese falso regeneracionismo que avanzan para evitar la alternativa necesaria y que los vecinos puedan comparar y comprobar el cambio real. Es decir, el bipartidismo aderezado con comunismo pretende que los vecinos puedan ver el cambio radical del modelo económico, social, urbanístico, cultural…etc., de una alternativa real.
No a la alternancia. Alcorcón necesita un Gobierno de VOX.
Los actuales partidos se alternan en gobiernos que no atajan el estado injusto de las cosas, del interés de los vecinos, de las necesidades reales. Quizás tengan muchos peajes que pagar, algo que desde VOX no tenemos.
La encrucijada será histórica para Alcorcón en las próximas elecciones municipales. Viejos y teóricamente invencibles modelos, contra una corriente también histórica, la recuperación de los valores, la recuperación de un Ayuntamiento al servicio de las necesidades reales de los vecinos de Alcorcón.
Nuestro deber es para con los vecinos de Alcorcón. Sin peajes de ningún tipo. Nos debemos únicamente a ellos y así lo haremos cuando estemos en el Gobierno de Alcorcón. Sin miedo a nada ni a nadie.
Son miles los vecinos preocupados por desalojar a un gobierno social-comunista. Y eso será en las próximas elecciones municipales para las que faltan menos de dos años. Y en esas elecciones los vecinos de Alcorcón podrán votar a una alternativa clara y distinta. Podrán votar para expulsar del Ayuntamiento a socialistas y comunistas sin tener que taparse la nariz, con la certeza de que su voto servirá para cambiar Alcorcón de una manera clara, concisa y real, un cambio centrado y basado únicamente en las necesidades reales de los vecinos de Alcorcón.
Entre todos los vecinos vamos a escribir una nueva historia en Alcorcón. Por Alcorcón y para Alcorcón. No venimos con varitas mágicas, venimos con las ideas claras y teniendo por bandera única y exclusivamente las necesidades reales de los vecinos de Alcorcón y de nuestro Municipio.
Y esto ocurrirá porque los vecinos de Alcorcón tienen claro que la única alternativa real es VOX. Porque solo queda VOX.