Por primera vez en la historia de Alcorcón la empresa pública, ESMASA, hace pública la memoria anual a la que ya puede accederse desde la página web (https://esmasalcorcon.com/memoria/), lo que supone un hito en materia de transparencia para nuestra ciudad. 

Es la correspondiente al año 2020, el primero donde la gestión del actual equipo de Gobierno ha sido completa (de enero a diciembre) y que revela datos interesantes, entre otras cuestiones, que la empresa cerró el año con 2,5 millones de euros de beneficios, demostrando que se puede conciliar la mejor prestación del servicio con unas condiciones laborales decentes y la rentabilidad económica.

Lejos de despertar una simpatía unánime por ser algo bueno para Alcorcón, algunos grupos de la oposición continúan su cruzada contra la empresa pública y hacen encajes de bolillos insostenibles para no reconocer los avances mientras obvian, por supuesto, que estamos hablando del año donde la empresa ha asumido (con eficacia) los servicios extraordinarios para enfrentar la COVID, ha dado un salto de mejora sustancial en la prestación de su servicio, ha tenido que prestar otros nuevos, ha municipalizado todos los que se ofrecían en régimen de encomiendas y ha creado más de 100 empleos estables.

Cuando se habla de una empresa pública parece que no hay números que valgan. La oposición, la misma que cuando gobernó liquidó la empresa municipal de la vivienda y dejó nuestra ciudad enterrada en basura, ya había dictado sentencia en mayo de 2019 cuando fueron derrotados por el voto ciudadano. Desde entonces no salen del bucle porque no se trata de una respuesta racional o fundada, sino de puro dogmatismo ideológico. Como los malos futbolistas, son enormemente previsibles.

No importa que las cuentas, la mejora del servicio o la modernización de la empresa les quiten la razón. Si la realidad no respalda sus afirmaciones, entonces le declaran la guerra a la realidad y enfangan el debate con una guerra política y mediática sin cuartel, ¿por qué?

Ellos se han abonado a la estrategia de la impugnación porque no pueden aceptar que una empresa pública funciona. En primer lugar, porque les deja en evidencia tras su periodo de desastrosa gestión. En segundo lugar, porque su programa, redactado por los lobbys de Madrid, consiste en regalarle los servicios de la ciudad a los de siempre: los que se enriquecieron con la burbuja inmobiliaria y luego saltaron a hacer caja a costa de las contratas del dinero público.

Molesta que la empresa pública funcione, pero nosotros les vamos a responder como mejor sabemos hacerlo: con trabajo, trabajo y más trabajo.

Porque queda mucho por hacer. En año y medio hemos puesto orden en una empresa pública que algunos se empeñaron en cerrar. Ahora nos toca enfrentar su modernización para acercarla a las vecinas y vecinos, con iniciativas como el canal por WhatsApp ESMASA Responde (644015193), enfrentar el reto de la gestión del residuo orgánico o impulsar proyectos que alineen nuestra ciudad con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, contenidos en la Agenda 2030.

Tenemos muchos retos por delante. El amor a nuestra ciudad se demuestra proponiendo, presentando alternativas, impulsando soluciones y siendo constructivos. La ciudad no puede permitirse perder el tiempo en el fango levantado por un puñado de malos políticos frustrados porque, cuando gobernaron, dejaron como único legado enterrar nuestra ciudad bajo montañas y montañas de basura.