Decía Benjamin Jonson que “quien no ha afrontado la adversidad, no conoce su propia fuerza”. Con esa filosofía luchadora, la Asociación Madrileña de Espina Bífida (AMEB), hace frente a los problemas a los que se enfrentan las personas afectadas por esta malformación congénita. Nos acercamos a una de sus instalaciones, en Alcorcón, para conocer la labor que realizan desde el Centro de Atención Diurna.
Una gran familia
Arantxa Iglesias, directora del CAD, y Patricia Ruiz, responsable de comunicación, nos abren las puertas del centro alcorconero. En pleno proceso de transformación, el Centro de Atención Diurna es concertado, y forma parte de la Red Pública de Centros de Día para Discapacitados Físicos, dependiente de la Comunidad de Madrid.
El espacio, cedido por el Ayuntamiento de Alcorcón, tiene capacidad para 36 personas, y está preparado para que los usuarios realicen diferentes actividades de ocio y tiempo libre, así como para ofrecer servicios como fisioterapia, logopedia, terapia ocupacional, psicología, enfermería o talleres manipulativos, entre otros. Primero en Aluche, y desde hace cinco años en Alcorcón, el Centro de Atención Diurna busca que los usuarios “puedan elegir libremente las actividades que quieren desarrollar. Al fin y al cabo, son sus vidas y queremos que tengan la oportunidad de decidir”, explican.
Esa cercanía, que solo surge de una atención especializada, ha hecho que entre los 12 miembros de la plantilla y los 36 usuarios nazca una relación casi familiar. “Trabajamos, desde hace un año, para adaptarnos a lo que hemos llamado Planes Centrados en la Persona o PCP. Queremos empoderarles para que tomen sus propias decisiones sobre lo que pueden hacer aquí”. Insisten en la importancia de la implicación entre el equipo que trabaja en el centro y los propios usuarios, que son muchas veces “quienes toman el timón del centro”. “Para muchos, este centro es su vida. Celebramos Halloween, carnavales, los cumpleaños. Es importante para ellos, y también para nosotros. Nos hace felices porque somos como una familia”, afirman.
Trabajamos, desde hace un año, para adaptarnos a lo que hemos llamado Planes Centrados en la Persona o PCP
Más de 40 años luchando
La trayectoria de AMEB está avalada por más de 40 años de experiencia. Trabajan, desde 1976, para “promocionar, atender y proteger a las personas en riesgo de exclusión” por su discapacidad, especialmente, la de naturaleza física. Para ello, desde la asociación tratan de fomentar y perfeccionar las actuaciones asistenciales, educativas, sanitarias y de inclusión sociolaboral de las personas con Espina Bífida. El objetivo: lograr un beneficio en su calidad de vida y en la de sus familiares.
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Además del CAD de Alcorcón, AMEB posee otra instalación en la capital madrileña (Calle Prádena del Rincón, 4). En ella, se encuentran el Centro de Atención Temprana (CAT) y el Servicio de Tratamientos y Atención Integral Especializada. Tanto en el CAD, como en el Servicio de Tratamientos y Atención Especializada se encargan de atender a mayores de 18 años. Por su parte, en el CAT se cubren las necesidades de los usuarios más pequeños. Posee 67 plazas de tratamiento y cuatro de apoyo y seguimiento para niños y niñas de 0 a 7 años con Espina Bífida, todas ellas, también concertadas con la Comunidad de Madrid. El objetivo del servicio, según AMEB, es el de lograr una atención integral en todos los aspectos, entre los que se incluyen el físico, cognitivo, emocional, sensorial, social, etc.
La estructura de AMEB ha logrado cerrar un círculo de atención multidisciplinar, completamente volcado en lograr el bienestar de las personas con Espina Bífida y de sus familias. La apuesta por la integración llevada a cabo por AMEB ha marcado un antes y un después en la vida de muchas personas. A través del voluntariado, las donaciones o la asociación, podemos contribuir a que el futuro de este proyecto ilusionante esté asegurado. ¿Te apuntas?