El primer Congreso de las Juventudes del CDS el 27 de abril de 1991, los y las jóvenes del partido de Adolfo Suárez resolvían “pedir aborto libre y gratuito a cargo de la seguridad social”. La ley del divorcio fue presentada por UCD en 1981, con el voto en contra de Alianza Popular y un encendido artículo de Álvarez Cascos contra la norma en agosto de ese año, en sus párrafos manifestaba que iba contra la libertad de elegir su estado familiar.
La mujer durante la dictadura derechista del general Franco no gozó de autonomía ni para contratar ni para reclamar sus correctas retribuciones, cosas a cargo de maridos y padres. Por poner solo un ejemplo de la opresión que sufrió durante cuatro décadas.
Es un paso atrás que el Partido Popular de Alcobendas se coloque en línea política ultramontana en cuanto a la educación contra la prevención de la violencia machista en los institutos de la localidad o que choque contra los talleres que hace la Casa de la Mujer y que regrese a una derecha carca y alejada de las posturas democráticas de Adolfo Suárez, Pórtela Valladares o Rafael Calvo Serer y haga de Franz Von Papen estratégico contra los derechos de la mujer.
Es un paso atrás que el Partido Popular de Alcobendas se coloque en línea política ultramontana en cuanto a la educación contra la prevención de la violencia machista
Luego en Madrid desaparece la placa que el Ayuntamiento PSOE-PCE le puso en 1981 a Clara Campoamor, donde tuvo su despacho en la calle Santa Ana y todavía sigue sin reponerse porque según dice el Consistorio se extravió. Si se sigue perdiendo la memoria de los derechos conquistados de la mujer y su recuerdo, haremos un favor a los que quieren impedir los derechos presentes.
En el pleno del pasado 25 de noviembre, Podemos tuvimos que llevar a pleno un ruego para convocar la Comisión de seguimiento del “Pacto social por el fin de la violencia contra la mujer” cuya última reunión fue el 26 de noviembre de 2019, más de 2 años sin convocarse. Esta localidad se tiene que poner en marcha como ese poema de Gabriel Celaya, para seguir el camino emprendido por Olympe de Gouges, Emmeline Pankhurst o Rosa Luxemburgo, porque no hablar de las mujeres locales como María Hidalgo, Francisca Delgado “La Paca” o Candelas Monge.