Los madrileños fueron convocados a las urnas el cuatro de mayo por el riesgo de que en plena gestión por la pandemia por la Covid, el PSOE y el partido Ciudadanos se pusieran de acuerdo para presentar una moción de censura al gobierno de la Comunidad de Madrid, como así se ha demostrado que estaba preparada. Se da la circunstancia de que el propio Ciudadanos formaba parte del gobierno que pretendían cargarse. Sí, estos eran los de la regeneración política. 

La Presidenta Isabel Díaz Ayuso, como así ha sido durante todo su gobierno, se adelantó a este movimiento para evitar lo que sí sucedió en Murcia y que fue el detonante para convocar elecciones. El PSOE y Ciudadanos se dedicaron a jugar a poner mociones de censura en gobiernos autonómicos mientras estos luchan y toman a diario decisiones contra la pandemia, además de lidiar también contra la inacción del gobierno de España. La señora Inés Arrimadas de Ciudadanos que llegó a decir que era un irresponsable quien presentase una moción de censura, lo hicieron junto al PSOE en Murcia, al gobierno de esa región y en el Ayuntamiento de Murcia. En Castilla y León, el PSOE también presentó otra moción de censura. Madrid no podía permitirse esta situación de incertidumbre e inseguridad ni caer en manos de la izquierda para aplicar políticas totalmente opuestas a las que ha aplicado durante más de dos décadas los gobiernos del Partido Popular, que han convertido a la Comunidad de Madrid en el motor económico de España y una de las regiones pujantes de Europa.

El 4M la mayoría de los madrileños eligió y dio su confianza al Partido Popular y al proyecto de libertad de Isabel Díaz Ayuso. Los votantes valoraron la gestión realizada en la Comunidad de Madrid conjugando salud y economía, donde sin parar ésta ni cerrar negocios y salvo aplicar las medidas estrictamente necesarias marcadas por las autoridades sanitarias, los datos de contagios o de letalidad han sido mejores que otras autonomías que tienen una densidad de población mucho menor.

El PP, que rozó la mayoría absoluta, venció a las mentiras, al odio, a la frustración, a la soberbia, a la confrontación, al enfrentamiento, al ataque continuo y al insulto de la izquierda tanto al gobierno de la Comunidad de Madrid como a los madrileños. Pero incluso después del resultado electoral hemos vuelto a ver insultos hacia los madrileños, como llamar nazis, fascistas, tabernarios a quienes han votado a Díaz Ayuso y al PP, lo que demuestran que no han entendido nada de lo que pasó el 4M. Su soberbia y su complejo de superioridad moral no les hace ver la realidad. La gente está cansada de todo eso, de la arrogancia que muestran y que los gobernantes en lugar de solucionar los problemas, los creen.

En la Comunidad de Madrid, gracias al apoyo de los madrileños y en el que se sumaron un 42% de los alcalaínos que votaron, seguirán las políticas de impuestos bajos, de libertad educativa, de libertad de médico y centro médico, de igualdad de oportunidades, de ayudas directas a empresas, pymes, autónomos y comerciantes, pero lo más importante, dejar trabajar a la gente y que se ganen la vida por sus propios medios dentro, como es lógico, del marco legal y de convivencia que nos hemos dado. En definitiva, libertad.