Sí, sabemos que es pronto para ilusionarnos con el ascenso a Segunda división B. Pero el nivel que mostró en la mañana de ayer nuestra RSD Alcalá ante el líder de Tercera división, el Inter de Madrid, hace que nos crezcamos y soñemos. Que soñemos muy alto.
Porque al Alcalá de Jorge Martín ganó con una superioridad que nos hace ilusionarnos y creer con que este año SÍ. Este año el equipo está mostrando un nivel de juego y de ambición que pocos recuerdan haber visto antes en El Val.
El reto ayer no era sencillo: enfrentarnos a uno de los conjuntos más en forma de todo el campeonato, con jugadores que, en su mayoría, han jugado en la tercera categoría del fútbol nacional.
Desde el primer minuto del encuentro, y con un buen puñado de aficionados rojillos desplazados a Boadilla del Monte, el Alcalá se mostró muy firme en defensa, dejando muy pocas fisuras para el buen ataque interista.
Los primeros compases del encuentro tuvieron sabor alcalaíno. Los nuestros salieron a por todas, sabedores de que dejar escapar los puntos podría ser clave en la lucha continua con el Pozuelo de Alarcón por meterse en los playoff.
Sin embargo, el ritmo del encuentro fue bajando, marcado por dos defensas de gran nivel. Nanclares y Castiella tuvieron dos claras ocasiones para adelantar a los nuestros en la primera mitad, pero no tuvieron fortuna de cara a gol.
Merchán encontraba un balón a la espalda de la defensa y batía al meta local, Miguel Ángel
Ambos equipos parecían con miedo a fallar, con un ojo puesto en los partidos del Getafe B -rival del Inter- y del Pozuelo, que, además, se enfrentaba al San Fernando de Henares.
La intensidad siguió marcando el ritmo del duelo, pero las ocasiones brillaban por su ausencia. Todo se complicaría aún más para los nuestros con la expulsión, por doble amarilla, del lateral Molino a falta de seis minutos para el final del encuentro.
Y, cuando todo parecía encaminado al acoso de los locales, Merchán encontraba un balón a la espalda de la defensa y batía al meta local, Miguel Ángel. En el minuto 88, el Alcalá conseguía el 0 a 1 que se mantendría hasta el final del partido.
Pero aún quedaba por luchar mucho más. El colegiado del encuentro añadía seis minutos, un mundo debido a la superioridad numérica de los locales.
El Alcalá aguantó como un equipo campeón. Supo sufrir y sumó tres puntos de oro que hacen que, en la última jornada, podamos disfrutar de un partido sin presión, probando mecanismos para la eliminatoria de los playoff. ¡Vamos, Alcalá!