Con más de 110 vidrieras repartidas en 16 edificios de nuestra ciudad, los artesanos de Vetraria han conseguido hace muy poco el prestigioso premio Richard H. Driehaus de las Artes de la Construcción, una de las mayores distinciones internacionales del mundo de la arquitectura.

Vetraria Muñoz de Pablos es una empresa familiar, ubicada en Segovia, que ha enseñado el buen hacer vidriero de padre a hijos. Uno de ellos, Alfonso Muñoz, nos explica el honor que ha supuesto conseguir este premio, porque reconoce “el trabajo diario y los esfuerzos”. “El hecho de que te reconozcan una labor de manera tan general, porque no es un premio por una obra, sino por nuestra manera de entender nuestro trabajo, por una trayectoria, es un orgullo”, afirma Muñoz.

Una vinculación muy especial con Alcalá

Para Alfonso y su hermano Pablo, la vinculación con Alcalá ha sido algo muy especial, "un momento muy importante" de sus carreras, ya que sus primeras experiencias laborales fueron en nuestra ciudad. Muñoz destaca el papel de Alcalá en los años 90, cuando se plantea la restauración de la Universidad y el Obispado y había muchos edificios fuera de uso para rehabilitar, "a Alcalá de Henares vino lo mejor de este país y del extranjero en materia de Restauración y Patrimonio", afirma Muñoz. "Cuando confluyó toda esa gente se generó una dinámica que es la que, ahora mismo todos los egresados del máster de restauración de Alcalá de Henares, que están distribuidos por todo el mundo, se han formado aquí y se han formado viendo un proyecto tan complejo como este". "En este contexto - señala el vidriero - nosotros hemos aportado una visión sobre la luz y el color en la arquitectura". 

Además de las enseñanzas en el Máster, los vidrieros han sido los autores de cientos de obras que llenan las ventanas de nuestros edificios, desde restauraciones, como la de las vidrieras de la Capilla de San Ildefonso, en las que el escudo del Cardenal Cisneros juega con la luz que llega desde los cristales transparentes en forma de estrella que la rodean, o la de la Virgen de la Paloma del Colegio de Málaga, un trabajo conceptual que respeta perfectamente unos vidrios que han llegado hasta nuestros días dejando de manifiesto las zonas en las que se ha trabajado; hasta otras de corte más modernista, como las de Trinitarios Calzados, en las que se recrean, mediante vidrios grises, tratados a plomo, las diferentes profesiones industriales; o la imponente vidriera que juega con las formas cóncavas y convexas de San Juan de Ávila, una verdadera obra maestra de la luz, el color y la arquitectura. Una parte de nuestro patrimonio que bien vale la pena descubrir.