Esta fuenlabreña se llama Silvia, y viajó a París en busca de una nueva experiencia. El resultado fue tan satisfactorio que ya lleva cinco años residiendo allí. Nuestra vecina reside ahora en Grands Boulevards. Su idea principal era la de aprender mejor un nuevo idioma y luego volver tras haber cumplido allí el año de residencia. Sin embargo esta bonita ciudad francesa ha terminado por enamorarla del todo.
Comenzó a trabajar en un hospital como fisioterapeuta. Aunque echa de menos Fuenlabrada, “aquí el que manda, es el corazón”, y es que Silvia también ha encontrado el amor, por lo que de momento, echar raíces allí está más que garantizado.
La ciudad del amor
París, afirma, es una ciudad preciosa. “Aquí hay de todo, y aunque llevo mucho tiempo, nunca dejo de descubrir lugares mágicos”.
La gastronomía, “comer un delicioso crepe por Montmatre después de un día de compras”, los picnics en los parques durante la primavera o patinar en línea por la amplia Coulée Verte – una antigua vía ferroviaria habilitada – son de las cosas que más le gusta hacer. Aprovechando la buena situación de la ciudad, nuestra fuenlabreña es de las que no paran quieta, y por ello hace multitud de viajes exprés a muchos sitios de toda Europa.
Fuenla en el corazón
Los orígenes siempre nos llaman, y es que la familia y los amigos, el solecito y el buen ambiente que hay en las calles de nuestra ciudad, se echan mucho de menos.
“El jamón siempre lo llevo en la maleta”, nos cuenta Silvia, que aunque adora su actual hogar, no olvida nuestra “marca España”. Ella estudió para ser fisioterapeuta en nuestros país y al poco emprendió la aventura. Aun así, regresa a Fuenlabrada una vez al mes porque compagina su trabajo con el estudio de osteopatía aquí en Madrid. “Así se me hace más fácil, porque estoy lejos pero a la vez cerca”.