Hace mucho tiempo que descubrimos el fantástico mundo de los colores. De hecho, la capacidad creativa de las personas nace muchas veces de su capacidad para percibir el color. Decorar una habitación o combinar la ropa es divertido pero, ¿sabías que los colores también son capaces de curar?
La técnica de 8 colores
La técnica a la que nos referimos se conoce como cromoterapia, y consiste en utilizar el color para tratar enfermedades físicas y emocionales. Los colores tienen la capacidad de calmar, inspirar, excitar, equilibrar o incluso alterar nuestras percepciones. Son auténticos instrumentos terapéuticos. Cada color emite unas vibraciones características que nos llegan de distinta manera y producen efectos diferentes. Los colores rojo, naranja, amarillo, verde, turquesa, azul, violeta y magenta son los esenciales en esta curiosa forma de curar.
¿Cómo se aplica?
Sencillamente, consiste en someterse a la proyección de luces de color sobre el cuerpo, utilizando para cada caso el color necesario para producir el equilibrio en el individuo. Es posible utilizar los efectos del color de muchas otras formas, además de las luces. Por ejemplo, mediante agua solarizada, vestimenta y decoración, piedras, hierbas o flores.
Cromopuntura
Combinada con la terapia de colores, se pueden utilizar los meridianos deacupuntura que recorren el cuerpo. Cada meridiano es una frecuencia, y por lo tanto, tiene un color determinado. El efecto del color que corresponde a cada uno de los meridianos, regula la cantidad y el ritmo energético del mismo, tonificándolo pero no cargándolo. Si utilizamos un color de frecuencia más elevada, lo estimularemos, y en caso contrario, con una vibración más reducida, lo sedaremos.
Un color para cada afección
El color rojo, por ejemplo, está relacionado con el sistema circulatorio y la presión arterial. Soluciona problemas de reuma, presión baja, anemia o parálisis en algunas zonas del cuerpo.
El naranja estimula los nervios y mejora cálculos renales y hernias. El color verde es uno de los más utilizados para gripes, enfermedades inflamatorias, úlceras, problemas sexuales e incluso para el cáncer. El azul reduce notablemente el dolor de las heridas, los sangrados y ayuda a la recuperación de quemaduras.
El violeta mejora problemas emocionales, estados nerviosos y problemas como el insomnio. Por último, el amarillo se aplica a problemas de estreñimiento, diabetes y problemas de garganta.